De Ensueño

Tres golpecillos en la puerta, y el exigente nudo de la corbata tuvo que esperar. Brhiens acudió a largas zancadas. Al llegar, una carta yacía en el piso. 

El hombre arrugó el ceño. Estaba convencido de que este modo de mensajería había desaparecido. 

La cogió. No tenía remitente. La abrió mientras volvía a su cuarto. Pudo ver que tampoco traía nombre al pie de lo escrito. Lo mejor sería, leer.

 

"Hola. 

Recuerdas a la niña con la que compartías tus dulces? 

Recuerdas la escala de la entrada de tu casa, donde te sentabas a conversar con ella? 

Los recuerdos tardaron sólo una fracción de segundo. 

— Melany... 

Siguió leyendo. 

Recuerdas el beso que un día te robó?

Recuerdas el camión de mudanzas que quedaste mirando hasta perderlo de vista? 

Ve al parque "Ventanas", a las 18:00 horas de hoy. Ella estará ahí."

Brhiens quedó estático. El tiempo, experto en borrar huellas;  en esta ocasión no lo había conseguido. 

Llegó al punto de la incredulidad. Leyó otra vez. 

Reflexivo, se sentó en la cama. Volvió a leer.

Miró el reloj. Faltaban dos horas para las seis de la tarde. Leyó nuevamente. 

***

El parque era algo extenso. Pero, le reconocería apenas le viera. No importaban los años transcurridos. Su memoria registraba intacta, la mirada más linda del mundo.

De pronto...

Melany estaba ahí. 

Cartera en manos, hermoso vestido...  

... y sus ojos negros rebozaban tanta emoción como los de Brhiens.