Era bella.
Su sonrisa... encantadora.
Sus ojos...
Ya quería volver a verse en ellos.
Y su beso...
Diablos... su beso era el mismo paraíso.
Eran los pensamientos de Balrrow.
Ya quería verla otra vez. Contemplarla, escucharla... Ver ese algo tan especial que amó desde el primer momento. Las horas parecían eternas. Miró el reloj. El tiempo acordado acababa de cumplirse. Comenzó a lidiar contra los pronósticos del corazón.
— Esperas a alguien?
Balrrow giró. Era ella. Llevó las manos a su cabeza. Se volvía loco.